Francamente, de verdad, el que en este país exista una ley
como la Ley Mordaza, una ley que coarte la libertad de expresión, no hace otra
cosa que transmitir que este es un pueblo muy vulnerable, muy débil porque
reafirma y construye una evidente falta de Cultura y de Educación.
Es decir, lo que nos hace ver es que hemos dejado, nos hemos
quitado de un plumazo con una ley, con pereza y desidia, el sentido crítico y
también la capacidad de ver y abandonar esa experiencia encarnada que necesita
un pueblo para construirse.
Entiendo que el pueblo alemán decida prohibir actos y
exhibiciones nazis pues esta ideología destruyó su sociedad, sus valores... su propio cuerpo,
no hablo de instituciones, hablo de que cada uno de los ciudadanos comprobó, con el
mayor de los pasmos, cómo un monstruo los condujo al vacío.
Los Hermanos Grimm tuvieron que removerse en sus tumbas
cuando su flautista (si se me permite el símil) se había encarnado en un
hipnotizador de masas.
Para eso existe la literatura, la Poesía, para saber cómo de
vasta es nuestra debilidad, pero no por eso acabamos con las flautas y mucho
menos, con la música.
¿O no?
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