miércoles, agosto 28, 2024

Camilo (XXXXVII)

 Ha leído el poema de Nick Cave sobre un agujero negro y le ha parecido maravilloso. Tan tenebroso como el aliento de un recién nacido que ha decidido naufragar en este mundo, agarrarse al mar de este momento aquí, en este lugar tan hermoso y  tan brutal como este. Lleno, repleto de estímulos como este.

Aquella noche caminado junto al río Arlanzón, en la margen derecha con todo el despliegue farol apagado y observando los altos como flechas nocturnas álamos y chopos y deseando ver, contemplar dichos seres vivos como si acabara de llegar a la Tierra y desconociera por completo cualquier forma viva que se presentara ante él. Por un instante lo consiguió. No pertenecer aquí. No saber nada. Los ojos que mantenía fijos en las sombras, en las figuras aquellas que se alzaban como reyes hacia el cielo, como tótems, por primera vez tuvieron sentido. Despojado de cualquier conocimiento, construyó la maravilla.

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