noctívagos revista

Tren Vertical, 29 de noviembre 2009

Ayer tuve la suerte de escuchar de nuevo alguno de los poemas de El pez místico y La tabla del carnicero, de Nuria, y de volver a ver a Ángel Guinda, y saludarle con gran cariño.
Pues sí, las grandes siguen teniendo un punto de nervios que a medida que va avanzando se van transformando en pasión, en contundencia, en tablas. Funcionó todo a la perfección.
Y cierto es que con el día que hacía, fútbol y frío, hubo asistencia y sobre todo, ganas de escuchar poesía, de introducirse en el mundo poético de Nuria de gran riqueza y que no deja de sorprenderme y, como dije, de removerme por dentro.
(También muchas gracias a todos los que anduvisteis por ahí. De corazón.)
(Y no me olvido de Marie Thiry que estuvo en el Badulake, sobre las 4 de la tarde, interpretando con enorme delicadeza canciones de Serge Gainsbourg, del colibrí Edith Piaf o de Jacques Brel, por ejemplo; y con Marie estuvo a la guitarra Charles Leveau quien ha participado, en ocasiones, con Diego o Laura en las estupendas jams de Jazz Manouche en el bar Malatesta (por cierto, llevan también sus buenos tres años los días 13 de cada mes. En fin que Lavapiés es un motor enorme de artistas de toda índole y condición. ¿Será por eso por lo que han puesto las cámaras? Me temo que no.)