"La verdadera imaginación es aquella que
dinamita, elucida, inyecta microbios esmeraldas en otras imaginaciones.
En
poesía y en lo que sea, la entrada en materia tiene que ser ya la entrada en aventura. Crear las
herramientas para la subversión cotidiana. Las estaciones
subjetivas del ser
humano, con sus bellos árboles gigantescos y obscenos, como
laboratorios de
experimentación. Fijar, entrever situaciones paralelas y tan
desgarradoras como
un gran arañazo en el pecho, en el rostro. Analogía sin
fin de los gestos. Son
tantos que cuando aparecen los nuevos ni nos damos cuenta, aunque los
estamos
haciendo / mirando frente a un espejo. Noches de tormenta. La
percepción se
abre mediante una ética-estética llevada hasta lo
último."
"Los burgueses y los pequeños burgueses
se
la pasan en fiesta. Todos los fines de semana tienen una. El
proletariado no
tiene fiesta. Sólo funerales con ritmo. Eso va a cambiar. Los
explotados
tendrán una gran fiesta. Memoria y guillotinas. Intuirla,
actuarla ciertas noches, inventarle aristas y
rincones húmedos, es como acariciar los ojos ácidos del
nuevo espíritu."
(Fuente: El País)
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