martes, enero 25, 2022

Escribir

Cuando al escribir te coge la vergüenza por el cuello y te dice "Detente, enano, no lo escribas", es cuando debes escribirlo, dejarlo reposar, y si acaso, una vez ahuyentada esa voz que solo desea convertirte en estatua de sal ante la horrísona visión de lo que crees que va a destruirte, seguir, continuar. No hay nada mejor que allanar una herida para contemplarla en su verdadera extensión, y así decir lo que muy pocos se atreven a decir o a escribir por esa voz. Malditas sean algunas voces aunque, ciertamente, muchas tienen razón. 

Otros se dedican a rellenar hojas en blanco por miedo a la soledad.

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