lunes, mayo 12, 2008

Rodrigo Galarza
siempre me ha parecido un poeta de verdad. Un poeta que escribe como diría Beethoven con los intestinos, es decir, también con el corazón que también es un músculo y es víscera.
Un poeta grande, más grande él que su propia estatura, y que se busca, se pierde para volverse a encontrar en la selva de su niñez y en lo urbano de su hoy.
Gracias de nuevo por haber recitado hace ya unos meses en el Tren Vertical, en el Malatesta, y gracias por regalarnos de nuevo tu poesía con otro libro... "tengan cuidado del que fue feliz a orillas de un gran río
porque no podrán contener su pulso de camino interminable
no podrán aplacarlo con avenidas inventadas
ni parque de diversiones diseñados por hombres muertos en el lazo de su corbata"
Me he permitido tomar la portada de su libro y un par de poemas... pero lo que quiero decir que es un poeta necesario aunque nadie es necesario ¿o sí? ¿o qué?

1
Me late el olor de la madera
Se acuesta conmigo aunque yo ya no esté
Aunque me haya ido a forjar rejas de arabescos

2
suena mi tórax- tambor
cabe la selva en mis costillas

¿era esto cantar para nacer
derrumbando rascacielos?

No hay comentarios: