lunes, mayo 18, 2009

Ladrido improvisado

a veces prefiero ser un perro a una persona
y mear en la calle
y tener una caseta que no esté hipotecada
ladrar a la luna como un lópez-lobo
cagarme por las esquinas y que mi dueño recoja la caquita con una bolsa negra o blanca como las del supermiercado
olisquearte la entrepierna
mirarte a los ojos con miedo, con sumisión o con fiereza,
¡guau! ¡grrrrrrrrrrrrrrrrrrr! asustarte cuando doblas una esquina por la noche
correr con una larga longaniza entre las fauces
olerle el culillo a las perrillas
pasar de todo y que me atropelle un autómovil que por supuesto conduces tú en la autovía;
soy un perro,
entendí Dogville a la primera
siempre me han gustado los gatos
los gatos de verdad, los callejeros, y a uno que le llamaban Pérez
soy un perro,
y tú nunca sabrás qué es fidelidad
ni la felicidad sin tener la más absoluta nada,
por tanto, tú, mi más silencioso compañero o no,
tú, mi más cariñoso compañero o no,
soy un perro y he creado una secta
y, por supuesto, yo nunca lo haría
sacarme ya de este traje que solo se ponen los idiotas
¡guau!


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encantó!,
Eres un
genio o tal vez un loco... Hacía tiempo que no me reía tanto...
besos.