Canto III, de Ezra Pound
(extracto)
Mío Cid por Burgos entróve,hasta la puorta tachonada entre dos torres,
golpeó con el traste de su lanza, y una niña salió,
una niña de neuf años,
a ojo se parava sobre la puorta, entre dos torres,
leyó estonz el decreto, voce tinnula:
Non omne fablar osare, alimentar, ayudar a Roy Díaz,
so penna de tener el coraçon uera, clavadno en la pirca,
e aun demás los ojos fuera de las caras, e perdieres averes e casas,
“E hi, Mío Cid, esta es la seellada,
seellada fiertemiente la carta”
Y se fue por Bívar, Mío Cid,
sin halcones en las varas,
e sin ropas en las alforjas,
y dexo sus arcas con Raquel y Vidas,
grand caxas de arena, con los prestamistas,
para pagar sus omnes de armas,
e hizo camino hacia Valencia.
Ignez da Castro asesinada, y acá
una pared ruinosa, y acá fecha para mantenerse.
Sombrío desperdicio, pigmentos que se descascaran de la piedra,
o escamas de yeso, Mantegna pintó la pared.
Andrajos de seda, “Nec Spe Nec Meto.”
(La imagen la realicé con un móvil después de un agradable paseo desde Burgos hasta Vivar del Cid que es donde se encuentra esta enorme piedra con los versos del Mio Cid grabados)
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