Yo, ser humano
Todos los libros que he leído
todas las palabras que he sentido
todos los ojos a los que he mirado,
(e incluso todos los bares en los que me he emborrachado
o todos los caminos o los no caminos que he seguido
a lo largo de mi vida)
no me sirven para conocer del prójimo,
no me sirven,
acaso...
¡no!
ni tan siquiera,
ni por supuesto
de mí mismo.
Entonces lo mejor es matarse,
porque nada vale, nada vale.
Ya está.
O bien, mejor, no,
¡todo lo contrario!,
seguir, seguir pensando,
seguir siendo, mirando, luchando, observando e incluso amando,
queriendo para ver quién es este que soy yo,
soy yo y que creo que pertenece a esto, a este común,
a este común llamado por semejanza SER HUMANO.
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