Aparente tranquilidad de este lunes
Se ha colado este sábado como un lunes.
Sobre el cielo claro azul surgen formas:
un guantelete con el dedo pulgar e índice levantado
a modo de abridor de botellas,
y futuros artilugios que nos harán la vida más fácil
pero no la imaginación o la voluntad más fértil.
Y esta es una calle que como un río asciende se asoma entre dos paseos transitados.
Recién han construido un edificio apenas unos 20 metros más abajo para apilar viejos,
y la música chicharrera de un móvil me hace alzar la cabeza y contemplo a un colegial
con una rosa cortada cubierta en celofán de regalo subir hacia mi izquierda.
Las voces, aquellos gritos desquiciados surgen de nuevo no sé dónde
no sé de quién... juega a desgarrarse su propia garganta, mi propia cabeza...
Si levanto la vista
pierdo la perspectiva
-prefiero imaginar que estoy en mitad de un campo generoso,
respirar este olor a lavanda que se confunde con el sonido que crepita y que sisea de los chopos.
Si alzo la cabeza
-si os digo la verdad prefiero esconder mi mirada
muy adentro e imaginar-
contemplo el paso del tiempo a modo de edificio.
Es prescindible,
salvo la decisión de transformarlo todo en palabras y traicionarme
que solo a mí me pertenece.
2 comentarios:
o de martes, que para el caso es lo mismo
Para ti, sí, pero para mí, en absoluto. Porque era lunes y el cielo era de sábado. Nos vemos,
abrazo
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