miércoles, enero 25, 2012

Por fin he recuperado mi portátil. Me soplaron 35 napos unos chinos. "¡Joder!," -me dice una colega en el curro, "no vayas a los chinos". Pero no esperé más. Me colocaron bien colocado el XP que a mí me suena a hijoputa. "¿Qué te han metido en el portátil?" "A un hijoputa" "Coño, ¿un virus?" "No, un hijoputa". Linux me suena a lince, me suena a Lux Aeterna. Me suena bien. Bonito. Ubuntu me suena a tener un primo en África. A consagración, a grito desesperado por la libertad. No sé, estoy desvariando. Estoy en mi blog y desvarío. Lo he hecho muchas veces. A veces me he cortado, he dicho, solo, en mi casa, "¡Joder!" y me he sonreído y me he avergonzado de lo que acababa de escribir. Pienso a cuánta gente le ha pasado esto, a cuántos, no decir "esto es una mierda" sino "esto es demasiado, es demasiada sinceridad, demasiada locura". Pero luego a veces pasa que todo se diluye. Se diluye porque el que lo lee piensa que es literatura, por eso pienso que a veces hay demasiada verdad en la literatura, que los buenos no son los que cuentan a bocajarro sus miserias sino los que no nos dan la brasa, los que nos construyen unos personajes, nos hacen tomar distancia para que de esa manera no nos salpique la mierda, para que el escaparate sea una barrera, para que ese tomar distancia nos haga pensar con juicio, con la suficiente separación como para verlo desde un plano total. Y que siempre nos acaba salpicando, eso sí. En fin. Unos utilizan el humor trufado con sarcasmo. Otros el teatro, la escultura o la performance. Maneras de exorcisar los ruidos. También es bonita la labor del artesano, bien, te distrae un poco, te relaja, te aleja de tus problemas. Así es. Pero prefiero que me toquen y que me digan cómo es. Lo poco real aunque luego sea también un sueño, una brizna de hierba en este inmenso campo          
Empiezo a colocar los blogs de los colegas: Batania, Gsús, Larráquel, Antonio,Voltios, Billy, una tía que es una cachonda y que es controladora aérea y es la caña, la abeja, Manuel Vilas, Angélica... me faltan un porrón de los que tenía antes. Lo sé. Los iré encontrando por este bosque enorme. Era por meter la metáfora. Intentaré que haya claros en el bosque, por donde entré el rayo de luz enorme y esclarecedor. Esta es una imagen de María Zambrano a la que yo admiro. Una mujer de la generación del 27, como Maruja Mallo. Había unas mujeres enormes en aquel entonces. Mujeres fuertes, persistentes, trabajadoras, incansables. Las hay ahora
El otro día me llamó mi colega Sergio al móvil y me dijo eso "Escribe, cabrón, escribe".

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