LA PISTOLA EN LA BOCA
Biombo de pelo rubio, detrás el jorobadito dibuja
piscinas, ciudades dormitorio, alamedas vacías. La delicadeza estriba en los
ademanes adecuados para cada situación. El jorobadito dibuja una persona
gentil. «Me quedé bocarriba en la cama, chirriar de grillos y alguien que
recitaba a Manrique.» Árboles secos de agosto, escribo para ver qué pasa con la
inmovilidad y no para gustar. ¡Una persona gentil! Sea el arte o la aventura de
cinco minutos de un muchacho corriendo escaleras arriba. «Escapó al ojo del
autor mi despedida.» Un ah y un ay y postales de pueblos blancos. El jorobadito se pasea por la piscina vacía, se sienta
en la parte más honda y saca un cigarrillo. Pasa la sombra de una nube, una
araña se detiene junto a su uña, expele el humo. «La realidad apesta.» Supongo
que todas las películas que he visto de nada me servirán cuando me muera.
Escena de ciudades dormitorio vacías, el viento levanta periódicos viejos, costras de polvo en bancos y restaurantes. La
guerra la he tenido en mí
mismo desde hace tiempo, de ahí que no me
afecte interiormente, escribió Klee. ¿Vi por primera vez al
jorobadito en México DF? ¿Era Gaspar el que contaba historias de policías y
ladrones? Le pusieron la pistola en la boca y con dos dedos le taparon la
nariz... Tuvo que abrir la boca para respirar y entonces empujaron el cañón
hacia dentro... En el centro del telón negro hay un círculo rojo... Creo que
el tipo dijo mamá o mierda, no
sé...
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