lunes, mayo 06, 2013

4 poemas de Charles Bukowski

El otro día estuvo Carlos Salem en El Tren Vertical. A mi hermana le gustó lo que escribía Carlos y pensé: "¿por qué no regalarle para su cumpleaños un libro de Bukowski?". Hubiera sido mucho más fácil regalarle un libro de Carlos pero no pensé eso en el recital, mientras estaba Carlos allí. Fallo. Así que una tarde me fui a la nueva Central que han montado con su cafetería y tal. Parece que entras en una casa (de hecho seguramente era una vivienda con paso de carruajes incluido). 
Mientras pasaba por La Latina me encontré con Rebeca Álvarez que acababa de salir de currar y la tomé del brazo y le pedí que fuéramos a la Central. Así que nos pusimos en marcha de nuevo. Allí nos encontramos con Óscar Pirot que iba con un amigo que recién había llegado de México. Hablamos, entre otras cosas, del recital de Bárbara Butragueño en el Ateneo, pues ambos estuvimos allí y disfrutamos de sus poemas y de que hubiera, por fin, sacado un libro. Bárbara sigue siendo mejor que la marihuana (tal y como dijo Bolo hace unos años en otro recital).
Compré un libro de Bukowski para mi hermana con un título que no te deja indiferente, a mí por lo menos no, porque hace muchos años conocí a un poeta que sacaba sus libros o autopublicaba mediante fotocopia y los encuadernaba él mismo, lo que me parece una de las cosas más honestas. Se llamaba "El perro que fuma" o Alberto. Era un tipo muy simpático, generoso y buena persona. Fuimos a la ELO unas cuantas veces a hablar de literatura en un programa que organizaba una peña a la que perdí la pista hace muchos años.Me recordó el título a él, a Alberto, al perro que fuma y decidí comprarlo. (Ahora busco en Google algo referente a él y no encuentro nada que me remita a él directamente...)
Cuando llegué a casa le quité la bolsa de regalo donde había pedido que lo envolvieran y comencé a leerlo. Pensé que había hecho una muy buena compra y no me arrepentí en absoluto. 
Una tarde en un bar me dediqué a leer unos cuantos poemas hasta que llegué al primer poema que aparece aquí. En un momento no pude reprimir la carcajada y el bueno de Pablo, un amigo, me habló y me dijo que le encantaba ver a un tipo riéndose mientras leía... "una de las cosas que más me gustan... un tipo leyendo un libro y descojonándose". Le pasé el libro y le dije: "pero mira, lee", mientras seguía sonriendo. En fin. Una mezcla de amarga realidad pero de hermosa y gran vitalidad. Así es Bukowski. Así también es Carlos Salem.   
(Por cierto, la traducción me parece muy acertada, magnífica.)

la noche que me follé a mi reloj despertador

una vez
muerto de hambre en Filadelfia
tenía un cuartito
era por la tarde ya anocheciendo
y estaba en mi ventana del 3o piso
a oscuras y me fijé en una
cocina de enfrente en el 2o piso
y vi a una hermosa chica rubia
abrazar allí a un joven y besarlo
con lo que parecía hambre
y me quedé ahí mirando hasta que se
separaron.
luego me volví y encendí la luz del cuarto.
vi el tocador y los cajones del tocador
y mi reloj despertador sobre el tocador.
me llevé el reloj despertador a la cama conmigo y
me lo follé hasta que se le cayeron las manillas.
luego salí a caminar por las calles
hasta que me salieron ampollas en los pies.
cuando volví me acerqué a la ventana
y miré abajo al piso de enfrente  
y la luz de su cocina estaba
apagada.



un poema desagradable

siguen escribiendo
bombeando poemas —
jóvenes y profesores universitarios
esposas que beben vino toda la tarde
mientras sus maridos trabajan,
siguen escribiendo
los mismos nombres en las mismas revistas
todos escribiendo un poco peor cada año,
sacando una recopilación de poesías      
y bombeando más poemas                 
es como un concurso
es un concurso
pero el premio es invisible.
no escribirán relatos ni artículos       ,
ni novelas
sólo siguen
bombeando poemas
cada cual sonando más y más parecido a los otros
y menos y menos a sí mismo,
y algunos de los jóvenes se cansan y abandonan
pero los profesores nunca abandonan
y las esposas que beben vino por las tardes
nunca jamás abandonan
y llegan nuevos jóvenes con nuevas revistas
y hay algo de correspondencia entre poetas hombres o mujeres
y algunos polvos
y todo es exagerado y tedioso.
y cuando les devuelven los poemas
los pasan a máquina de nuevo
y los mandan a la siguiente revista del directorio,
y dan recitales
todos los recitales que pueden
gratis la mayoría de las veces
esperando que alguien por fin comprenda
por fin los aplauda
por fin los felicite y reconozca su
talentó
están todos tan seguros de su genio
dudan tan poco de sí mismos,
y la mayoría vive en North Beach o Nueva York,
y sus caras son como sus poemas:
parecidas,
y se conocen entre ellos y
se juntan y odian y admiran y eligen y descartan
y siguen bombeando más poemas
más poemas
más poemas
el concurso de los pelmazos:
tac tac tac, tac tac, tac tac tac, tac tac...


mis camaradas

éste da clases
ése vive con su madre.
y a aquél lo mantiene un padre alcohólico de cara enrojecida
con el cerebro de un mosquito.
éste toma speed y lo ha estado manteniendo
la misma mujer durante 14 años.
aquél escribe una novela cada diez días
pero por lo menos se paga el alquiler.
éste va de un sitio a otro
durmiendo en sofás, bebiendo y repitiendo su
cantilena.
ése imprime sus propios libros en una
multicopista.                                                                   
aquél vive en un vestuario abandonado
de un hotel de Hollywood.                                
éste otro parece saber cómo conseguir beca tras beca,
su vida es un rellenar solicitudes.
otro es sencillamente rico y vive en los mejores                
sitios y llama a las mejores puertas.
aquél desayunó con William Carlos                                   Williams.                                                                         
y éste da clases.
y ése da clases.
y éste otro publica libros de texto sobre cómo dar clase
y habla en tono cruel y dominante.
están por todas partes.
todo el mundo es escritor.
y casi todos los escritores son poetas.
poetas poetas poetas         poetas poetas poetas
poetas poetas poetas         poetas poetas poetas
la próxima vez que suene el teléfono
será un poeta.
el próximo que llame a mi puerta
será un poeta.
éste da clases
y ése vive con su madre
y aquél está escribiendo la historia de
Ezra Pound.
ay, hermanos, somos los más enfermos y los
más rastreros de la especie.


en un barrio de asesinos

las cucarachas escupen
clips
y el helicóptero no para de dar vueltas
husmeando sangrel
os reflectores alumbrando lascivos nuestro
dormitorio                                                                  
5 tipos en este patio tienen pistola
otro un
machete
somos todos asesinos y
alcohólicos
pero los hay peores en el hotel
de enfrente
se sientan a la puerta verde y blanca
banales y depravados
esperando a que los internen
aquí todos tenemos una plantita verde
en la ventana
v cuando nos peleamos con nuestras mujeres a las 3 a.m.
hablamos
en voz baja
y en cada porche
hay un platito de comida
que siempre han devorado por la mañana
suponemos
que los
gatos.

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