miércoles, octubre 30, 2013

Luz & Ámsterdam

Aquí se está muy bien. En este rincón. Sin salir de casa. Hoy he tenido miedo del reflejo de la luz en el edificio de enfrente, y por otro lado me he sentido enormemente reconfortado. He pensado en lo parecido que son los días, las estaciones. Cuando llegas a cierta edad lo ves todo muy parecido o simplemente juegas a qué olores, qué sabores, qué colores son capaces de retrotraerte a tiempos pretéritos; es decir, los olores son los más representativos en este aspecto pues según dijo un estudio (vete tú a saber cuál) más del 30% de nuestra memoria pertenece a los olores, los cuales son capaces de darnos con la estrella mágica del recuerdo en cualquier momento del día y en ese lugar de nuestro cerebro y reproducirnos una escena o un cúmulo de escenas de inmediato y sin mediar... palabra.
Leí sobre la teoría de Gödel ayer o antes de ayer y sobre la existencia de un ser superior, un ser que haya sido capaz de poner en funcionamiento al ser humano en un momento dado. Un ser o demiurgo como decían los presocráticos, o el "motor inmóvil" de Aristóteles, o aquel dibujado en las montañas de Nazca como un viajero de las estrellas o, sencillamente, un astronauta... No sé por qué pensé en el mono de Kubrick y en el Monolito, aquella pieza preciosa, bella que aterroriza, negra e imponente capaz de producir en el cerebro del mono la cantidad de reacciones químicas suficientes para que se sirva de un útil y comience a golpear el suelo a modo de hacha o con la intención de producir un ruido que le haga sentirse único o rodeado y acompañado por el sonido que él mismo produce; no sé por qué pensé en Spinoza cuando leía la noticia sobre Gödel, bueno, tal vez sí si se trata de una inteligencia superior, pero que nosotros ni siquiera podemos llegar a imaginar en qué consiste, algo que por supuesto no tienen en absoluto nada que ver con nosotros y además es radicalmente impensable tal y como es el universo conocido en 1620 que le era imposible e inabarcable imaginarlo. Spinoza era tan humilde que me parece uno de los personajes más llamativos y personales de la Historia. Imaginaos por un momento que Rembrandt y Spinoza se cruzaran por la calle en Ámsterdam un día de octubre como este. Y no se saludaran, por supuesto, porque no se conocen. Es curioso cómo Ámsterdam se llenó de intelectuales, artistas, científicos durante aquellos años de guerras de religión y otras circunstancias. Seguramente que todos los días existe alguien que se hace la misma pregunta: "¿Se encontraron alguna vez Rembrandt y Spinoza?". Sólo con un viaje en el tiempo podríamos comprobarlo, uno de aquellos a los que Kurt Vonnegut nos tiene acostumbrados.

4 comentarios:

SATSUMA dijo...

Me encantó el post! Spinoza es uno de mis favoritos...

Abrazos!

alf ölson dijo...

Gracias, Satsuma... Spinoza me ha hecho replantearme muchas cosas, aparte de la posibilidad de la existencia de dios tal y como lo entienden las religiones judeo-cristianas y el valor del intelectual como persona libre a la hora de expresar sus preguntas y sus observaciones en la sociedad en la que vive y en la que, para bien y para mal, se expone, etcétera. Esto, como ves, es un mero apunte.

Roxana Popelka dijo...

¿ALGUNA VEZ CENARON JUNTAS GLORIA FUERTES Y JANIS JOPLIN? SIEMPRE ME LO HE PREGUNTADO...
UN ABRAZO,
ROXANA

Anónimo dijo...

En cierto que un homónimo tuyo compró el cuadro del rabino a Rembradt por encargo del cardenal Richelieu? Jls.