Aquí se está muy bien. En este rincón. Sin salir de casa. Hoy he tenido miedo del reflejo de la luz en el edificio de enfrente, y por otro lado me he sentido enormemente reconfortado. He pensado en lo parecido que son los días, las estaciones. Cuando llegas a cierta edad lo ves todo muy parecido o simplemente juegas a qué olores, qué sabores, qué colores son capaces de retrotraerte a tiempos pretéritos; es decir, los olores son los más representativos en este aspecto pues según dijo un estudio (vete tú a saber cuál) más del 30% de nuestra memoria pertenece a los olores, los cuales son capaces de darnos con la estrella mágica del recuerdo en cualquier momento del día y en ese lugar de nuestro cerebro y reproducirnos una escena o un cúmulo de escenas de inmediato y sin mediar... palabra.
Leí sobre la teoría de Gödel ayer o antes de ayer y sobre la existencia de un ser superior, un ser que haya sido capaz de poner en funcionamiento al ser humano en un momento dado. Un ser o demiurgo como decían los presocráticos, o el "motor inmóvil" de Aristóteles, o aquel dibujado en las montañas de Nazca como un viajero de las estrellas o, sencillamente, un astronauta... No sé por qué pensé en el mono de Kubrick y en el Monolito, aquella pieza preciosa, bella que aterroriza, negra e imponente capaz de producir en el cerebro del mono la cantidad de reacciones químicas suficientes para que se sirva de un útil y comience a golpear el suelo a modo de hacha o con la intención de producir un ruido que le haga sentirse único o rodeado y acompañado por el sonido que él mismo produce; no sé por qué pensé en Spinoza cuando leía la noticia sobre Gödel, bueno, tal vez sí si se trata de una inteligencia superior, pero que nosotros ni siquiera podemos llegar a imaginar en qué consiste, algo que por supuesto no tienen en absoluto nada que ver con nosotros y además es radicalmente impensable tal y como es el universo conocido en 1620 que le era imposible e inabarcable imaginarlo. Spinoza era tan humilde que me parece uno de los personajes más llamativos y personales de la Historia. Imaginaos por un momento que Rembrandt y Spinoza se cruzaran por la calle en Ámsterdam un día de octubre como este. Y no se saludaran, por supuesto, porque no se conocen. Es curioso cómo Ámsterdam se llenó de intelectuales, artistas, científicos durante aquellos años de guerras de religión y otras circunstancias. Seguramente que todos los días existe alguien que se hace la misma pregunta: "¿Se encontraron alguna vez Rembrandt y Spinoza?". Sólo con un viaje en el tiempo podríamos comprobarlo, uno de aquellos a los que Kurt Vonnegut nos tiene acostumbrados.
4 comentarios:
Me encantó el post! Spinoza es uno de mis favoritos...
Abrazos!
Gracias, Satsuma... Spinoza me ha hecho replantearme muchas cosas, aparte de la posibilidad de la existencia de dios tal y como lo entienden las religiones judeo-cristianas y el valor del intelectual como persona libre a la hora de expresar sus preguntas y sus observaciones en la sociedad en la que vive y en la que, para bien y para mal, se expone, etcétera. Esto, como ves, es un mero apunte.
¿ALGUNA VEZ CENARON JUNTAS GLORIA FUERTES Y JANIS JOPLIN? SIEMPRE ME LO HE PREGUNTADO...
UN ABRAZO,
ROXANA
En cierto que un homónimo tuyo compró el cuadro del rabino a Rembradt por encargo del cardenal Richelieu? Jls.
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