martes, julio 15, 2014

La postal

Un amigo me envía / me escribe una postal desde el lugar en el que se encuentra de vacaciones. Recuerdo aquel libro de Carver que me descubrió otro buen amigo que un buen día me dio trabajo en la empresa familiar... una empresa de catering hace ya muchos años. Una noche trabajando a toda máquina para acabar agradablemente exhaustos. Comienzas a tirar del hilo de los recuerdos y llegas a visualizar hasta los canapés que hacíamos o cómo bebíamos cerveza para aplacar el calor (seguramente eran estas fechas). En aquel lugar, en aquel chalet a las afueras de la ciudad no había cascadas pero era curioso quienes nos juntamos allí, personas a las cuales no he vuelto a ver. Mi querido amigo me habló de que Carver también escribía poesía (esto ocurría en 1998, aproximadamente) así que rebusqué en las bibliotecas, lugares en los cuales husmeaba en busca entonces de joyitas que no podía comprar porque básicamente no tenía un puto duro. Allí encontré a Carver. Luego hablamos poco tiempo después de la Antología de Spoon River que me había encantado y que había disfrutado por su enorme derroche de sarcasmo y burla (siguiendo con autores norteamericanos, quiero decir, no digo que este título pertenezca a Carver porque pertenece al gran Edgar Lee Masters) sobre todo ante eso que ocurre irremediablemente como es la muerte y todo lo que gira a su alrededor, todo ello recogido gracias a los epitafios que como poemas van describiendo a cada uno de los sujetos del pueblo o lugar donde discurre el espacio de este libro. Luego Carver fue lugar común. Me hacía gracia el llegar a poder imitar su tempo, su discurrir narrativo y poético... al final desistí, seamos francos, es inimitable. El tufo alcanzaba mi nariz inmediatamente. Luego lo he comprobado en muchos poetas que quieren escribir en español poesía y logran escribir prosa. Fracasan. No hay, no ocurre ese destello mágico y preciso que hay en los poemas de Carver, en algunos, sí, por supuesto, no en todos. Esa manía de cortar los renglones como si fuera ya, por arte de birilibirloque un poema me parece una estafa bastante vulgar, por cierto. Vuelvo a repetir que en algunos poemas de Carver se encuentra... seguro que la traducción acaba o puede llegar a acabar con esa "respiración", esa "emoción", que hace que fragilísimamente el Edifico Carver, el poema Carver no se desplome como un precioso castillo de naipes.
En fin, que un amigo me ha escrito una postal desde el otro lado del Atlántico y a mí me ha hecho escribir esto, hoy que parece un día tan tranquilo, tan especialmente calmo que da miedo.

No hay comentarios: