miércoles, agosto 06, 2014

Nordbrandt y aquellas lecturas veraniegas

En agosto, dicen, que hay más tiempo para leer. Recuerdo los días aquellos en los que EL PAÍS recogía entre sus hojas aquellos cuadernillos donde incluía por lo general relatos de autores españoles. Reconozco que me eran muy pesados, no me interesaban lo más mínimo. Algunos sí que atraían mi atención, tal vez los más ligeros. Es complejo hablar sobre lo leído en aquellos días porque apenas recuerdo nada, sólo el detalle en el centro del periódico que incluía relatos de verano. Ni recuerdo cómo se llamaba la sección pero fuera quien fuese quien hubiera escrito, siempre me resultaba agradable aquel regalo.
Esta vez traigo un poema de Nordbrandt, autor que me está resultando muy interesante. Llevo con él más de 15 días y no deja de sorprenderme. Ahora me viene con esto... por cierto, es muy de visitar Extremadura. Supongo que van por ahí los tiros (aunque mi curiosidad me ha podido y he comprobado que el Arroyo San Sebastián se encuentra en Vélez-Málaga, lugar en el que, por cierto, estuve hace un montón de años vagabundeando y leyendo aquella novela de Philip K. Dick sobre las ovejas eléctricas y tal, buscando
encontrar al amor...)

No hay comentarios: