
Y cito en concreto este párrafo: "Nosotros hemos tenido aquí en El Cultural un caso atípico, como fue Ricardo Senabre, que aunque muchos se metían con él yo creo que fue un crítico buenísimo. Sobre todo fue un crítico de una honestidad total. Era duro y, sin embargo, todos los escritores querían que fuera él quien leyera sus libros. Vivía en Salamanca, casi nunca venía a Madrid, y allí apenas tenía vida literaria. Si un autor le dedicaba un libro, a ese ya no volvía a hacerle una crítica. Era una maravilla de crítico, mucho mejor de lo que se piensa. Hablábamos por teléfono todas las semanas, y siempre me decía: «Mándame óperas primas, que quiero leer a gente nueva, a gente desconocida». ¿Qué crítico estrella es capaz de decir eso? Luego es verdad que ponía al final de sus críticas los comentarios esos ortográficos, porque él era muy puntilloso con eso, quizás demasiado, pero no nos quedemos en la anécdota: Senabre fue un crítico libre, sabía muchísimo y era honestísimo. Fue un crítico estupendo al que no se podía llegar con compromisos. Desde el primer momento puso sus condiciones: se negó a hacer premios Planeta o similares. «A lo mejor son buenos libros —decía—, pero me da igual, que los haga otro». Él no quería participar de la gran fiesta del espectáculo literario."
(La imagen es del periódico Hoy, del día 6 de febrero de 2015).
No hay comentarios:
Publicar un comentario