siempre el diablo tras nuestras vidas pequeñas
nuestras vidas inapreciables que son bálsamo y espacio
como la sinfonía nueva del río
nos molesta cada vez que abrimos los ojos
y nos enreda meticuloso y sonriente
como si fuera el humor una cosa tan solo suya
no te pongas nervioso, cuenta los hilos
la palabra o la moneda otra vez
el transcurrir de los signos
pues está detrás de ti y en un soplido preciso
es capaz de gris en tu disposición más bella
llévate bien, no te preocupes, no te enojes,
es un perfil pequeño para él,
un rincón minúsculo
con sus alas negras o blancas
con su pecho dispuesto
sus ojos de alambre...
¡Aprende de él! Te lo ofrece.
(estoy escribiendo con una bolsa de hielo en la rodilla)
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