noctívagos revista

Lect(r)uras en Tapas y Fotos;
el pasado Tren Vertical y Feliz año y mejor crisis
¿What Crisis?

El pasado domingo 28 de diciembre se detuvo de nuevo el Tren Vertical en la estación de la calle Olmo, en el Malatesta Bar.
Esta vez juro que venía con la idea de que pocos viajeros iban a tomar el tren (eso le dije a Magda mientras salíamos de La Aguja) sea por las fechas (Madrid está vacío de almas y de cuerpos) sea por la convocatoria muy tardía que hice ya que la envié el mismo viernes pasado a eso de las dos de la tarde y, además, sin cartel alguno que, aunque había pensado, no puse en marcha en ningún momento.
Al abrir la puerta del Mala me encontré con Carlos Salem y con el bueno también de Batania. Eran un poquito más de las nueve de la noche y allí estaban, charlando, aguardando a que llegase la máquina. El encontrarme con Carlos fue una gran sorpresa pero más un honor del que me siento muy orgulloso. Un gran poeta y un enorme novelista a la vez que una persona que ha hecho una tarea ciclópea en el Bukowski Bar desde hace unos años, alimentando el polvorín poético tanto de Madrid como del barrio de Malasaña. Es de aquellas personas que con generosidad trabajan para el bien común, al igual que Batania, del que poco se puede añadir cuando se comprueba el tesón, la gracia, el compromiso con la poesía y con la realidad tanto social como literaria que mantiene en su blog, y cuando se habla con él de su vida, lecturas, etcétera, se comprueba que es un pozo de sabiduría, más que un pozo, un lago que se va llenando con las aguas cristalinas del deshielo. Aquí me he pasado… pero como me dijo que le decían que utilizase más imágenes en su poesía pues ahí va una que me ha surgido al hablar de Batania. Luego me asaltó la vista la cabellera blanca de Ezequías quien al no tener obligaciones laborales al día siguiente se había pasado con Charo, su partenaire, para tomar buena cuenta de un Tren que iba a empezar dentro de poco. Allí estaba mi amigo Paco al que no veía hace ya unos siglos o Bolo con su magnífico disfraz de Groutxo De Ville, o Lupe una investigadora del hacer creativo y poético. Y cómo no, un público, un respetable, gente que tal vez sí o tal vez no había ido a escuchar y que espero que les agradara el recital. En fin, que eso podía estallar en cualquier momento. Y estalló.
Comenzó Batania, siguió Carlos, pasó por Bolo y Ezequías se animó porque le pillé a contrapié y sin drogas con las que evitar su miedo escénico. Un par de poemas de Quías cerraron la primera vuelta porque me negué a que eso terminase ahí. Y pedí un bis. Sí, y me fijé en caras que no conocía y entendí que era acertado. Además, yo también formaba parte del público. Vale, actuaba de presentador pero qué mejor momento que pedir un bis sin que sea un concierto de rock… por ejemplo. Así que volvieron los amigos a animar el cotarro y Carlos volvió con su libro, con su trabajo, que presentará hoy en El bandido doblemente armado y Batania y Bolo y ante la petición me marqué también un poema breve, una canción enamorada y ahí que nos despedimos del respetable. Muchas gracias a todos por este buen rato, por este balón de rico oxígeno. Y por vuestra paciencia.
Ahora me gustaría hablaros del próximo Lect(r)uras que tendrá lugar donde viene siendo habitual, en el bar de Miguelo, Tapas y Fotos. El cartel es el que aparece arriba, junto con la hora, el día 1 de enero (¡¡¡esas resaquitas!!!), ¡vamos!, que hay un plantel que parece la orquesta del concierto de año nuevo.
¿Quién se atreverá con la marcha Radetzky?