miércoles, abril 13, 2011

Ramiro Tapiz, Pistera azul

De hoy no pasa. Después de haberme hecho un rulo por el féisbus, de colocar una noticia, de ver un vídeo en el que se ve cómo un pueblo entero queda completamente arrasado por el agua del tsunami en Japón, me decido a escribir unas palabras sobre la obra de Ramiro Tapiz que es un loco (en estos tiempos que esprintan, el sentar la cabeza sobre el lodazal de la crisis es lo correcto) y que se cree "el tonto de un poeta, o un loco / que escribía filosofía, / o algún geómetra maduro, / le sobrevive a este tan poco / que se encuentra detrás en lo oscuro / y ni la historia historia hoy día." (F. Pessoa)  porque, ¿saben?, le conocí hace unos meses repartiendo el libro, un libro azul, un libro con un título raro y nada elocuente, Pistera azul. Andaba por El Aguardiente cuando entró él y me preguntó si quería comprarle un libro. Le hice un par de preguntas, le hablé de Bolo para que se pusiera en contacto con él y, por supuesto, no le compré el libro, andaba yo solo para mis vicios, en fin.Luego, al cabo de unos días le veo, vuelvo a saludarle y ya me cuenta, me habla de sus cuentos, de sus relatos en el Raíces & Potos y me llama la atención lo que lee, un relato sobre un tipo tranquilo que se encuentra en un aeropuerto y habla con una azafata y que en cada momento mantiene con una sobriedad insultante su dignidad, indiferente al precio que tiene que pagar y todo eso. Me llevo el libro. Porque Ramiro convence, (a mí me convenció) independientemente de que él sea el protagonista del libro, es un escritor que cuenta historias, que les va dejando correa con una tranquilidad que gusta y mucho, pues lo que cuenta es el día a día pero bien espigado, bien condimentado pero sin condimentos, crudo y sabroso a la vez.
Unas semanas después en El Calvario nos encontramos y conversamos sobre Carver, sobre su asombrosa e inquietante facilidad para la narración, para la descripción desnuda y arrebatadora, el fotográfico pero a la vez psicólogo Carver y es ahí donde nos quedamos. Ramiro es un poco Cortázar también pero más rápido si cabe, y un poco de película independiente americana, un baile continuo y bien temperado de personajes que hacen y deshacen a su antojo, te lo lees en el metro y sabes que en un instante estás en otro lado, en medio de un corro de muchachos, escuchando sus historias de domingo por la tarde para matar el rato que no al gato, y escuchas cómo se ganan la vida vendiendo melones o almendras, y hablan de la pereza o de la guerra de las Malvinas, o te entretienes en analizar cómo construye un texto con la gracia consonante de respiración en "El pulmón" o la cantidad de hallazgos lingüísticos que atesora, de giros, de cambios de ritmo (seguro que le rompería las pelotas a más de un crítico), de gracias o guiños al lector sin pretender ser gracioso; o habla de música, de Ian Curtis o Cassus Clay o "Bombaye", Bowie o Warhol en otros mientras se come un sánguche (sándwich), o nos mete un comentario social-político mientras ve a Grecia Colmenares en televisión. (¿Quién es Grecia Colmenares?).Y es entonces cuando te das cuenta de que te has pasado de parada. No una, dos. 
Otra cosa curiosa a tener en cuenta (por eso he dicho lo de poeta) es la manera de mirar casi caleidoscópica que nos ofrece el libro de Ramiro, es una forma de observar profunda pero preñada de referencias a un mundo en eterno proceso de casi desintegración, de un ir y venir casi instantáneo, rápido pero bien tramado en la escritura... parece un "qué más da" pero por eso es todo lo contrario, es el típico discurso del que parece que no se está dando cuenta de nada pero fíate tú en lo que escribe, fíate... 
Por cierto, ya que desde hace unos años las grandes empresas editoriales españolas de literatura se han embarcado en descubrir a narradores jóvenes, provinentes del otro lado del charco, decirles que el texto de Ramiro está plagado de localismos, de palabras bien autóctonas... ¡vamos!, es lo que diría un informe de lectura a la hora de su edición en España (no me voy a repetir), y que tal vez sea el único inconveniente a tener en cuenta. Pero esto es también la riqueza del idioma, ¿o no?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

EDITESE USTED MISMO EL DISCURSO SOBRE LOS MONTES DE PIEDAD

No digo si digo tal vez y ahora que y ahora que ahora que me quiten lo quiten lo quiten lo
de apetitos a los hambres
dudoso carbonara de la noche
las ganas de las ganas de
vagabundear
un dragón con jet lag de okinawa
juega con su amigo en el agua
tras la pista de los coches de choque
pasan disloque del mar de plata
por la alcantarilla de alarmas
sueltalo si da calambre sueltalo
si da calambre circo de la luna
y no me señales con ese dedo
de artista conceptual inglés
del derecho romano y al revés
lo ves o no lo ves?
me da igual pero no me odies
si no te antalogo esta vez

ppaa

mercedes dijo...

¿me dejas el libro?

alf ölson dijo...

Pues claro, Mercedes. Mándame un imeil y quedamos.

mercedes dijo...

el imeil ya lo mandé, pero lo he debido de entregar en la ventanilla equivocada, porque no he obtenido respuesta.

ramirotapiz dijo...

Hola ....gracias a los noctivagos por la nota ,es impecable.la lei despues de varios meses y me hizo sentir muy bien.No sabia de la existencia de esto.el libro se puede conseguir en el Bukowski.Ahora estoy en italia.....y me dan ganas de seguir escribiendo....un abrazo...