domingo, mayo 08, 2011

Los jacintos y el monte Abantos

Ayer por la noche sábado me marqué un monólogo
desvalazado y casi sin sentido
estaba bien borracho afectado
en la casa de los jacintos
creo que me pasé de tiempo
no fui especialmente breve pues entonces...
¿por qué nadie me tiró una lata llena de cerveza
a la cabeza?
bonito mural que alguien no sé quién
ha pintado en la pared del piso de abajo a la derecha
la sala vacía hasta las diez y cuarto de la noche
aquella mujer durmiendo en una silla en el extremo de la fila
y Lukas preguntándose cómo traer gente a esta santa casa
y yo con cara de póker no tengo ni puta idea
en un mano una lata de 50 cl en la otra un ducados
fumando mirando el espacio intentando ver qué cojones de canción ponen ahora
una de Anthony de puta madre a oscuras
el servicio a mi espalda pensando al fondo del escenario
lo han precintado con bolsas de plástico?
tres micrófonos y un poeta de Logroño que no ha llegado
o no ha podido venir desde allá
y un hombre de Segovia que ha cogido La Sepulvedana
y que lee un poema sobre la chaletización de la sierra de Guadarrama
gracias a que hay que quemar El Escorial* ¿no es alfinyalcavo una parrilla?
para seguir construyendo y para que los ricos tengan su tercera residencia con vistas
al trino del mirlo
a la brisa al caer la tarde y con luz güiliamfólner
he decidido ir y hacerme algo de comida
y dejar esta sarta de incongruencias
que solo pueden hallar cierta consistencia si pensamos
en hilo dental y en una vaca

*me refiero al monte Abantos: Lo que pasó en el monte Abantos

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