jueves, junio 30, 2011

Breve apunte sociológico

Paseo por la plaza de Ópera. Me siento en un enorme banco de piedra, alargado, ancho, macizo y negro que la cruza casi de parte a parte. Me sugiere la idea de un enorme pilar a la entrada de un templo egipcio, compacto y sereno, contundente, pero caído.
Me gusta sentarme allí y observar, observar a los que pasean por ahí, y cuando me quedo ahí "pasmao" recuerdo hace 20 años cuando esa plaza era otra bien distinta, (véase si no la película Ópera Prima, la primera escena) una plaza aún más populosa y diversa, con más ruido y... ¿más viva? Ahora parece que la hayan enterrado en piedra, en granito, en mármol.
Sí, antes el autobús 39 te plantaba justo en la entrada lateral del Teatro que en aquel entonces estaba condenada. Ahí esperaba a los colegas y veía pasar el continuo de autobuses. Al otro lado la Taberna del Alabardero... asfalto, calor, vida, gente, hasta que llegaban los colegas de Aluche y las chicas nos saludaban con un piquito en la boca (porque lo habían decidido así, de camino a Madrid, una sorpresa) y luego nos íbamos a dar una vuelta, a beber litros en el parque de los alrededores, a hablar hasta las tantas, y entre los temas seguramente el famoso Plan de Empleo Juvenil (¡ja!) ese que nos iba a dar curro a los jóvenes con los contratos de obra o basura o sin tener en cuenta la cualificación que se tuviera, es decir, un licenciado en empresariales podía currar con el sueldo de una auxiliar administrativo y cuidadito con pedir más. Bien, otra: la Paz Social, hay que ser competitivos y toda esa buena mierda. Salimos a la calle, por unas cosas y por otras, y los medios se fijaron en el "cojo mantecas" que estallaba los relojes de la Gran vía con su muleta. Un dionisios.
Pero ha pasado el tiempo y la verdad desagradable asoma. La zona llena de tierra guarra que te mancha los zapatos ha quedado limpia y favorita para los aseados y pulcros señores y señoras "del barrio alto" (que diría Víctor Jara). Ópera la ocupan las terrazas (en las que un día, al ver el enorme y bello despliegue de velas en sus guardabrisas sobre las mesas, ya cuando anochecía, nos pusimos a cantar a voz en grito a los que allí estaban un guapo "cumpleaños feliz", porque parecía un enorme y bien y equilibrado y armónico cumpleaños) y se ha transformado en lugar para buenos y cultos ricos, snobs, turistas bien educados y toda buena y respetable gente que ya no viene de Aluche para estarse un rato bebiéndose unos litros con los colegas... debe ser el precio del billete del bus que se ha multiplicado unas cuantas veces en este tiempo, que veinte años no es nada, a pesar de que seguimos siendo unos tirados con sueldos de tirados la mayoría, debe ser que las tascas donde se vendía vino peleón o el típico chato por treinta pesetas ha crecido, ha progresado, se ha cubierto de gloria, nos hemos hecho ricos todos, ¡joder!, porque aquel fue un mal trago que tuvimos que pasar, apretarse el cinturón y ya ves cómo pasa todo. ¿Lo has visto?
Sí, debe ser eso. Han convertido lo que iba a ser su cielo en un precioso gueto, un barrio de Salamanca pero con bares y mercado san miguel incorporado. Un lujo, por eso me gusta pasear por este sitio y recordar, contemplar todas y cada una de las grandes oportunidades que he perdido por mi mala cabeza, por no ser como ellos sin querer haber sido nunca como ellos. Con su granito y su piedra se lo coman que por lo menos es de verdad.

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