viernes, agosto 12, 2011

Diario de agosto

Me he quedado sin dinero y ahora no puedo volver a Madrid. Me quedo aquí. Tengo que volver al trabajo el martes pero no puedo, tampoco quiero. Esto no es nuevo, más bien es habitual. Aquí se duerme muy bien. Apenas hace calor aunque hoy el día ha sido especialmente caniculante. Me he desayunado un libro de E. Tizón y ahora ando con J. Tomeo que dice que habla con los animales. Tizón habla de un cuchillo en la espalda, que todos llevamos un cuchillo en la espalda... ya saben a lo que me refiero, ¿no? No, no saben a lo que te refieres.
He visto junto a la Cartuja a unos tipos en un corro diciendo Aleluya muy de bajinis. He descartado que hubiese llegado el Apocalipsis. Uno de ellos me ha mirado. He seguido mi camino hacia Cardeña, a paso rápido, oliendo los pinos. He pensado en las sectas, he pensado en ese señor que viene con un séquito enorme y que dicen que hemos pagado todos los españoles y que va a reportar regocijo espiritual y dinero a las arcas de Estado. Menos mal que lo ponen en arcas, es lo único que se salvó en el Diluvio.

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