viernes, septiembre 09, 2011

Respira

A aquel tipo le falta la última falange de los dedos,
tiene el cerco de sudor en su pantalón-mono azul
y unos ojos celestes hundidos;
aquel viejo parte delicadamente la tostada
( antes la ha untado delicadamente con mantequilla y mermelada )
y ahora cada trozo la introduce en su café en caña con un tenedor.
Empieza a contar una historia. Rodea al tipo aquel de los ojos hundidos
se viene hacia aquí, dobla sus rodillas. No entiendo lo que dice pero él sonríe.
Parece divertido mientras el hombre del mono le ignora o parece también sonreír.
Al salir del bar, después de haber pagado con unas monedas
que ha contado varias veces sobre la barra de aluminio del bar
y alguna que otra parca despedida a cada uno de los que trabajan allí,
observo cómo se introduce la mano izquierda,
en la que le faltan todos los dedos salvo el meñique,
en el bolsillo del pantalón.
Miro a un lado y al otro,
a mi derecha y a mi izquierda,
y compruebo la multitud de obreros
( sí habéis escuchado bien: obreros ): ecuatorianos, rumanos,
y vete tú a saber si aquel era español
( ojos pequeños, redondos, hundidos y negros, juntos, directos )
sabiendo que esto es y sólo esto
nada más que esto y tal vez se encuentren con algo más a lo largo de sus vidas,
pero quién sabe o qué, y si lo sabe alguien,
qué.
¿Cuál es la respiración de toda una barra de un bar con la caña más barata de Madrid?

No hay comentarios: