Desde hace un par de meses la casa que está frente a mi
ventana se encuentra en venta, o en alquiler, lo cierto es que hay un cartel
que el aire ha colocado boca abajo con un número de teléfono y con el nombre de
la inmobiliaria impreso en grandes letras rojas.
Hace un par de semanas la luz de la habitación desde donde
se muestra el cartel se encuentra encendida. Día y noche. Alumbrando el
silencio y el vacío. Por el día no se aprecia porque el sol es su único
habitante, se estampa en la fachada y penetra y hace retroceder a la luz
artificial hasta que la arrincona en una esquina que no alcanzo a ver desde
aquí. Durante la noche, en cambio, la luz natural se marcha a trabajar a otros
lugares, creo que muy lejos de aquí. Es entonces cuando la artificial vuelve a
su lugar, a aquel recorte luminoso que es la ventana. Sí, se aprecia
perfectamente, se transforma en un faro inmóvil, en una linterna fija a una de
las paredes.
Seguramente, hace unos días, algún comercial llegó con alguna
persona, con algún cliente que quisiera alquilar o comprar el piso y se
olvidaron al salir de apagar la luz de
aquella habitación. Ahí sigue, entonces, encendida, bien dispuesta por la
noche, mostrando lo que parece un armario con unas telas amontonadas que forman
en su perfil dos brazos echados sobre la madera en una de sus repisas. Dos
brazos exhaustos, muy cansados, que no pueden apagar la dichosa luz, que no
pueden alzarse hasta el interruptor y hacerse desaparecer hasta que vuelva de
viaje el verdadero amante.
Durante la madrugada me asomo y me quedo quieto
observándola, acompaño su vacío y su silencio como si mi mirada supusiera una
resta, con el fin, eso creo, de que sea menos solitaria, no sé si la luz o la
habitación o yo, mientras fumo insomne un cigarro tras otro esperando nada.
¿Pero cómo puede llegar a ser solitaria una luz, cómo lo puede ser una
habitación?
Lo mismo ocurre con las miles, millones de ventanas desperdigadas
a lo largo y ancho de esta ciudad en las que se podría decir que hay una
persona trabajando, viendo la televisión, leyendo cualquier cosa o simplemente insomne.
Mi interés por esto debe ser producto de una enfermiza melancolía o del manto
pesado de la noche o del propio silencio que me parece inabordable o
incomprensible como el de la muerte, supongo.
Pero la historia de esta luz que aparece y desaparece no es
únicamente el que esté encendida durante todos estos días: la luz ha desplazado
su alrededor, es decir, los objetos han sido desplazados por ella a un segundo
plano y no porque los ilumine sino porque está, existe, se da… me ha desplazado
incluso a mí, pues construyo todo esto después de su aparición y a pesar de sus
habitantes anteriores, como aquella mujer que ocupaba aparentemente solo una de
las habitaciones hace ya unos años.
Recuerdo que era una mujer mayor, una vieja con el pelo
ensortijado, blanco y abundante, de complexión muy delgada. Noche tras noche la
vi exactamente en la misma posición: sentada en un largo sillón, erguida, con
sus grandes ojos oscuros fijos en la otra parte de la habitación. Se pasaba horas
y horas en la misma postura, lo que creaba un curioso efecto estroboscópico con
pequeños destellos de colores que jugueteaban con su rostro. Aquella mujer parecía
no perder detalle de lo que sucedía en la pantalla; sí, el televisor se
reflejaba en su rostro noche tras noche hasta que su cara acabó formando parte
del conjunto de destellos del propio televisor, sin duda se transformó en una
parte más del decorado de aquella habitación, en un ser inerte, en un objeto,
en una escultura, gracias al vaivén diminuto de miles de destellos que se
reflejaban en su cara. Pigmalión había conseguido de nuevo su deseo e ignoro a través
de qué dios o qué dioses un Pigmalión de la era tecnológica y posindustrial, y
por el modo tan absorto en el que miraba la pantalla aquella, su creación,
había desistido de seguir viviendo para el resto del mundo y solo lo hacía para
su creador. Su creador que la acogió en su seno y le mostró de nuevo el camino
de la vida, en cientos de películas enlazadas por fechas que solo a ella le podían
proporcionar un significado irrenunciable, miles de días grabados como el más cautivador
mapa de la memoria para llevar a cabo uno de los sentidos más perversos de la
tecnología. Noche tras noche y año tras año se revivía a sí misma en un
ejercicio de retorno continuo con el que se proporcionaba un sentido completo y
total. Ese era el único motivo de sus horas, de su quietud y de su enfermiza
atención durante aquellas noches en las que me despertaba agitado por un mal
sueño o por el insomnio y me asomaba curioso para comprobar cómo seguía ahí, en
la misma posición, con la mirada fija en aquellos días que solo parecían revivirse
a través de una pantalla de televisión.
No recuerdo cuándo ocurrió, tal vez fue una tarde cualquiera
a la vuelta del trabajo o un fin de semana por la mañana al limpiar mi casa o
airear la habitación y subir el estor, pero me encontré con la casa
completamente vacía. Solo quedaba el enorme sillón del salón que se adivinaba
cuando aún la luz no pegaba con fuerza a media mañana. Volví a comprobar el
vacío por la noche y así fue. Poco tiempo después la casa fue ocupada por un
matrimonio que utilizó la terraza para colgar la colada y acumular los objetos
de limpieza y alguna que otra pequeña máquina o los juguetes del niño que
tuvieron al cabo de unos meses. La vida normal volvió lentamente a aquella casa
durante unos años y el recuerdo de aquella mujer se convirtió en humo.
Dos o tres años después, la casa se volvió a vaciar y apareció
aquel cartel boca abajo con grandes letras rojas que indicaban su venta por una
inmobiliaria y la luz encendida por la noche iluminando el vacío y deshaciendo
las sombras. Y así, hasta ahora.
2 comentarios:
Lo llevamos en los memes.Cuando ensayo algun tipo de pensamiento radical noto que se me va la olla. Geometria est archetypus pulchritudinis mundi.Que es un campo? otro refinamiento de un concepto sacado de la vida cotidiana. Que es un pensamiento radical? Aquel que va a la raiz de la cuestion. y cual es la raiz cuadrada de radical? la resiliencia, obtenida hace bien poco. Al recobrar el contenido de un estado de observador objetivo, ideal, un espectro discreto correspondiente a un punto de vista vacilante, se abre paso en suspense nomade. Escribes en efecto con el plexo solar? Jls
En estos tiempos hay que tener mucha resiliencia.
Y sobre tu pregunta, creo que es una pregunta directa, ya te contestaré cuando nos veamos.
Un fuerte abrazo, Jls.
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