Fue un día de esos que son
bastante turbios. Te levantas con resaca, con asco sin haber bebido ni haber
fumado. Te falla la cabeza, el hígado o la tensión. Un día marrón, no gris, un
día vomitado por una gallina vieja. En fin un día en el que mejor encender la
TV y buscar al primer tipo que salga en esa caja para pegarle un tiro.
-¿Tú eres el tipo que has salido
esta mañana en el programa de tal? –le preguntarás mientras busca su coche en
el parking de los estudios de TV.
Se volverá sorprendido o confiado
o adulado o las tres cosas y será entonces cuando le descerrajas un tiro en la
cara.
-Bam!
Se acabó. No sabes porqué pero
también anochece. Lo has arreglado de alguna manera, aunque no te guste la
violencia ni te guste la TV.
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