miércoles, julio 25, 2018

Una manera más

Escucho fados en una vieja taberna donde las miradas vuelan como medusas o como cuchillos. La tristeza es una tapa fría. Una mujer al fondo vestida de rojo apoya su mano en su garganta, a modo de pañuelo. La noche se extingue y los pájaros que habitan en el edificio semiabandonado (sólo se respira una luz arriba, allá arriba, muy arriba) leen en un libro abandonado que hay que extinguir los amazonas del alma. Afortunadamente lo recitan divertidos pero no hacen ningún caso. Vuelvo a casa con paso de extraperlo, evitando cámaras y aceras (aunque sé que esto es imposible). La sombra son tus ojos que se llaman dolor por tu ausencia.

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