viernes, enero 25, 2019

Objetos ridículos en lugares discretos

Colocar un objeto ridículo
en un lugar respetuoso.
El antifaz
arrojado a la puerta
de una comisaría.
Emborracharte con tu mejor amigo
imaginario.
La bandeja
de pollo
en mitad de la autovía.
Que la marioneta
te eche una buena bronca.
Reconstruir el crimen
con papiroflexia.
Manejar un juguete erótico
en una iglesia.
Alterar cada una de las frases
buscando un sentido.
Aquella farola ganó un combate.
La piedra con la que tropezaste
tiene siete vidas.
El mejor bar
con salida
a cada uno
de los cuatro puntos
cardinales.
Colocar un objeto ridículo
en un lugar formal.
Acuérdate de cómo iba desollando sus nudillos
por la pared,
era una película francesa.
Insectos de aluminio como personas.
Insectos de arena pulverizada como personas.
Insectos electrizados baten sus alas sobre el carmín del asfalto.

Tatúame un corazón de estaño sobre mi corazón de lata.
Es para cerrar el circuito, es para cerrar el circuito.
Y transistorizarme al mundo.



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