sábado, junio 29, 2019

Vecinos

Anoche, esperando al ascensor que me aupara hasta mi piso,
contemplé cómo los pasitos de una cucaracha
la acercaban a una de las esquinas.
Ahí se quedó,
como un vecino más,
con su diminuto caparazón,
en silencio
sus antenitas.
Ella
también
aguardaba
con paciencia.

Pero
yo
no
fui
capaz
de
decirle:
"¿Subes?".

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