Ayer leí en ELPAíS una noticia sobre la casi destrucción y la dejadez en cuanto al legado del premio Nobel Ramón y Cajal.
Menudo desastre.
Y podría seguir escribiendo sobre ello, pero cualquier cosa que diga va a ser fruto del cabreo y mala leche con lo que mejor es callarse. Así no alimento a la bestia.
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