(Sobre la absoluta dignidad de la contemplación)
El mendigo que ergastulado en sus ropas y el trozo de cartón que de en cuando en cuando le sirve de asiento, sonríe por la generosidad, la gracia de la tormenta que ahora cae en la plaza.
Piensa ahora que es un regalo.
Ahí, también, alegres pero incómodos, los turistas, agradeciendo sin embargo este cambio de tiempo.
31 de julio
En la calle siempre se está expuesto.
4 de agosto
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