miércoles, marzo 18, 2020

Silencio

Hace dos meses que no escribía nada. Hoy, a eso de las 7 de la mañana, me han despertado dos tipos que hablaban en la calle. Esto resultaría diferente si lo hubiera escrito hace apenas dos semanas, pero cambia completamente de significado, de sentido, decirlo, escribirlo ahora. Dos tipos que hablan por la calle a eso de las 7 de la mañana hoy, en pleno confinamiento por el Coronavirus. En pleno aislamiento en las casas, en esta extraña revisión de La peste de Camus. En esta salvaje pesadilla en la que nos hemos volcado unos mejor que otros. Así. No he salido a mirar quiénes eran. Tal vez fueran empleados del hiper que tengo aquí abajo, tal vez fueran dos vecinos que se han encontrado en las ventanas, o tal vez fueran dos tipos que se encuentran en la calle, y a eso de un par de metros, imagino, se ponen a charlar. Simplemente, como si por un instante no pasara nada y esto fuera un día cualquiera de hace apenas dos semanas.

Luego, tras eso, me he puesto a reflexionar. una de las primeras cosas de las que me he dado cuenta es que no es tanto el ruido de los automóviles en la calle; no, no es eso, son las voces, las risas, las palabras, los sonidos que hacemos al hablar, las discusiones, los gritos, las peleas o incluso los susurros, los silbidos... Lo que hace humana a esta ciudad.

Ahora mismo escucho el sonido constante de una grúa. ¿Una grúa? Sí, eso creo. El ruido constante de lo que parece que es una grúa. Tal vez sea el...



PD. Ahora entiendo por fin por qué puse la etiqueta Ruidos a lo que generalmente son escritos de creación o poemas.

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