miércoles, octubre 10, 2012

La entrada del spam

El 30 de noviembre de 2006 publiqué una entrada de una autora llamada Elisa Roma Durán, poeta suficientemente desconocida, de la "Ninguna escuela", pues es así como se define, y que durante muchos años se mantuvo en el más estricto silencio, acudiendo a recitales generalmente disfrazada de hombre (lo cual creo que no tiene mucho mérito en la actualidad y también en los locos años 20 del siglo pasado), autoexcluida de los saraos poéticos y de las fiestas afines a su quehacer literario.
Tal vez, piensen ustedes, que es parecida a Emily Dickinson (que en este blog la tenemos auténtica veneración, tal y como un Saza a Faulkner), pero no van por ahí los tiros: esta mujer escribe, simplemente escribe y es aquí donde me publica su poema y luego vienen los espam que son como señores pequeños, quiero decir muy bajitos y gorditos que no sabes que están ahí pero que te los encuentras conversando siempre consigo mismos, es decir, un runrun constante a la altura de las rodillas. 
Por otra parte, y más para rizar el rizo que para otra cosa, la entrada se titula "Maldita manía de dejar acribillados con chinchetas los poemas sobre los álamos de la calle Bailén", lo que me hace pensar que los espam se comportan también no ya como señores bajitos y gorditos sino como perrillos que se acercan a dichos álamos para desaguar sus perrunas vejigas. ¿Son los espam, por este motivo, perrillos o perrillas meonas o señores o señoras bajitas y gorditas? Creo que no lo sabremos nunca, pero bien se puede discutir del tema una tarde otoñal como esta al albur de un café o un té o de lo que se disponga. Animo a ello a las personas que visiten esta página al intercambio de impresiones en aquellos momentos en los que la conversación decae o no tienen a nadie en su carné de baile. 
Para terminar y como decía, esta entrada ha batido todos los récord de espam. De hecho siguen llegando y llegando... y llegando. Afortunadamente, y aunque la entrada haya atraído a los espam de forma furibunda y sin contemplaciones, el propio motor de búsqueda de esta web los ha identificado por lo que gracias a su identifación y aviso, los he borrado yo de mi correo electrónico y así hasta ahora.

Aquí les vuelvo a dejar de nuevo el poema, con la esperanza de que esto no suponga una nueva peregrinación de espam hacia esta entrada.

Maldita manía de dejar acribillados con chinchetas los poemas sobre los álamos de la calle Bailén.

Hoy me he acostado con un ocho,
mejor que ochenta,
y me he levantado infinita,
exánime, ubérrima, bucleada,
como alcayata imposible sobre las sábanas
impregnadas de absoluto silencio
que es eterno,
no el tiempo,
¡joder!,
el tiempo ni siquiera es un ocho tumbado,
desnudo,
sobre sábanas de alcanfor
-que es como huelen las estrellas
o las lunas que pelan las manzanas
que son mis tetas con lenguas rasposillas
de gatos aceitunos-.
Mírame, ocho tumbado,
llévame al precipicio, dónde caigan los mares,
las estrellas, los ríos, las cometas, los hollejos,
los transistores vacíos, las cápsulas de los antibióticos,
los dedales, los suicidas...

Cogiste el coche y me llevaste a Finisterre.

Elisa Roma Durán

 

2 comentarios:

Æ dijo...

Escribes muy bien y nadie te comenta, otros hacen que escriben y los leen y comentan.

Nah, qué sólo te digo que creo que deberías escribir más cosas tuyas,de la cabeza o de lo que sea.
;-)

alf ölson dijo...

¡Ah!, vaya.
Pues sí, eso mismo creo yo, sin duda alguna.

Un beso,
Alf