miércoles, septiembre 23, 2015

Las más bellas películas o El espíritu de la colmena

Películas que aun pareciéndote excelentes,
que te han parecido enormes,
se olvidan fácilmente.

Recuerdas algún retazo,
alguna parte la cual,
por lo general,
más sorprendente,
se te ha quedado grabada,
y cada vez que la intentas recordar
o te preguntas,
dices,
piensas...
"¡Ah!, sí, aquélla...".
Para luego
reconocer
de inmediato
por qué no la recuerdo por entero,
por qué se me ha olvidado casi todo.

La vuelves a ver.
Tal vez sea demasiado pensarla punto por punto,
como una luz maravillosa
que te iluminara toda la noche
desde un lugar
que no aciertas a descubrir
o no reconoces.

Las películas,
como una buena historia,
salvan.
Nos salvan
incluso
de nosotros mismos.
Recordadlo
si queréis
sobrevivir.
El infierno
debe ser
un enorme abismo
de indescriptible tristeza
sin historias.
No hay amor, por cierto.  

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