martes, julio 19, 2016

Desconocidos por un desconocido

Conocí a dos desconocidos y al rato me desconocí.
Eran dos absolutos desconocidos, por lo que pude comprobar fehacientemente. Uno se llamaba Kalka y el otro Rimkem. Eran de algún lugar de Mesopotamia pero eso no pareció importarles. ¡Tanto se desconocian!
A medida que caía la tarde, se fueron desconociendo cada vez más hasta que se transformaron en una neblina inmortal, en vapor de agua, en una melodía que bien se puede escuchar a medida que avanzas por un camino en el que nunca te había dado por pensar que existiera tan cerca de ti y tan puro.

No hay comentarios: