martes, agosto 30, 2016

Perros en bombillas



Para JL Moreno, que hoy cumple años

Esta tarde no nos hemos olido los culos lo suficiente.
Sí, acabas de leer esto y lo has hecho aquí. Puedes volver a pasear tus ojos por la primera frase. Así. Así está bien. ¿Lo has comprendido? ¿No? Piensas que es un recurso vano, un recurso para captar tu atención en un mundo rápido, ruidoso, sin compasión. Es evidente. Un recurso más, pero sin duda a partir de este recurso puedes pensar en un grupo de perros en el centro de un camino o junto a sus dueños en el parque, que no dejan de saltar y de moverse y de buscarse los traseros compulsivamente como si ahí estuviera el conocimiento exacto y concreto de cada una de las personas, perdón, de cada uno de los perros que pululan, culebrean, se agitan, se doblan sobre sus patas, caminan, se jalean, ladran, bufan, recortan, en fin, juegan y se divierten o se ladran enfadados o no, quién sabe, ¿quién conoce a los perros?, sus amos, ¿quién sabe de sus sentimientos?, imagino que sus amos, ¿quién huele el culo de otro al principio de un encuentro…?

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