lunes, septiembre 05, 2016

Cuadro vario

A mediados del mes de agosto // nel mezzo del verano // escribí lo que dije / fui / constituí // como un poema // en la tierra de Burgos // la ciudad duplicada // como conformo armando // colocando // justamente // una letra detrás de la otra. // Esto es el resultado que es mejor // que aquí / digo /explico. // Nunca es nada / nunca es suficiente.

Cuadro vario.

Burgos : ciudad duplicada.
El carrillón de la iglesia.
La pulcritud de los cuartos
y las campanadas
arrojados a la noche y a los
insomnes. El río, la música.
Los árboles:
la definición de lo frondoso
vuela sobre sus copas.
Nutridos para perfilarse
con perfección.
El fragor de los coches
cruzándose a lo lejos.
Los grillos continuos
persisten en mostrar
la generosidad de la vida.
La noche tan perfecta
que nadie la recordará.
La insana insatisfacción
de la palabra en mostrar
lo que rodea ahí-ahí
por sí mismo.
Un final con un hospital
derruyéndose que se adivina
entra la sombra
el abuelo despidiéndote
con su boina calada
cáncer de esófago
1976.
El papel escombro que aún se mantiene : la fachada.
Y queda poco para este apunte.
El Papamoscas ha cumplido
aún su cometido de las 2 de la tarde
(en aquel momento en el que agita la campana el autómata
y que todo el mundo le apunta con su cuadro exento de memoria,
tú decides saltar la valla de madera
y colarte para contemplar otra vez
la escalera dorada de Diego de Siloé).

¿Le viste abrir la boca mientras meneaba el badajo?

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