martes, marzo 08, 2011

Para que iluminéis lo que aún es sagrado

La mujer de pelo rapado, negra,
tumbada a lo largo del banco
mantiene en su mano una botella de agua,
Su mano que cuelga
mantiene casi en vilo
aquella botella vacía de aguamineral,
La mirada extraviada
metálica del Metro que mantiene
su mirada perdida, ausente,
mientras pasa este vagón
...No sé si estará... (digo a mi cabeza)
Hacia mi lugar de trabajo su mirada
sus ojos desencajados desaparece
en el túnel
su vida,
Ni tan siquiera en aquel vagón
sus dóciles presas
que se embarcan días de olores y prisa
buscando el éxito en el vientre de la Máquina
su botella de agua vacía
esa es la vida que ha dejado de moverse
hacia el sumidero,
ni tan siquiera,
Y el Metro y el vagón llenos
de oficinistas con una mano
vacía de agua de vagón
mantiene en su mano mineral
si dejarla caer,
Apuñalan sus ojos fijos como una hojarasca rubia
esta nada
mientras se dirige
escama de resplandor
nuestro vagón...
hacia el fondo
de sus
ojos.

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