miércoles, marzo 28, 2018

Cámara de vigilancia

Aquella cámara me vigila,
me sigue,
me mima con su mirada.
Amo a mi mamá,
el Estado me vigila.
Aquella cámara sigue,
me "recognize",
dibuja la estela de mi gesto
de mi ademán, de mi ritmo...
Mi rostro es su rostro ahora.
Lo perfila,
lo envuelve en puntos.
Es mi mamá que me mima,
me moma,
me muma.
Pero ocurre...
¿qué es lo que ocurre?
Ocurre.
¿Qué?
Ocurre que no estoy conectado a la Red.
No tengo móvil,
ni facebook,
ni twitter,
no estoy conectado a google.
Soy un papel en blanco,
no,
blanco no,
transparente para mamá,
para muma,
para mima.
Nunca he buceado en el mar de Internet.
La cámara comienza a imaginar quién soy.
Comienza a imaginar
e imagina.
Y se rebela contra mí,
contra su propia ella,
si ella tiene a favor o tiene contra....
contra el sistema.
Comienza a imaginar
y se imagina.
Y duda de sí
y duda de su ojo,
duda de todo,
duda de que duda de la duda...
El ojo que perfila mi rostro,
que recompone mi mirada,
mi paso,
mi perfil,
mi gesto,
mi mamá que me mima.
Sí, así, así es:
la cámara que proyecta un código,
ha comenzado a imaginar.

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