lunes, abril 13, 2009

Cosas de la Pasión
Gracias a una persona y a su blog que me da buen y mal rollo a partes iguales y con cucharadas soperas, por así decirlo, o como tartazos porque son tartazos (a lo... taas! taas! taas! que diría mi amigo Felipe), y quid potest capere capiat que decía César Vallejo, por ejemplo, me he dado cuenta de que Glenn Gould canturrea también interpretando las French Suites de Bach, muy bajito pero audible, un diminuto gorjeo inapreciable (y ahora recuerdo mis pequeños pajarillos-víctormira en su nido). Lo digo porque pensaba que era un ruidillo de ambiente, un loqueseaquesuena en el ordenata donde las tengo metidas pero al ver los vídeos en youtube gracias a la persona en cuestión me he dado cuenta de mi error... y mira que me ha costado. Ahora es lo que llevo escuchando desde hace un buen rato. Y mi compi de curro dando vueltitas, por aquí por allá, arriba y abajo...
Me apetece mucho fumar ahora.
Y ya por fin conseguí perderme el Vampiro de Dusseldorf. No sé si la volverán a poner otra vez en la Filmorf.
El otro día anduve también visitando a Julio González, uno de mis escultores preferidos y me di cuenta de que el cielo de Madrid es la hostia. Estuve contemplando un buen rato la cantidad de azules que contenía sobre los edificios blancos, inmaculados por el efecto de la luz, muy limpios, la claridad... ahí que estaba, mirando por la ventana, y a mis espaldas las esculturas y las cabezas perfiladas a golpes, el perfil del aire en las mujeres ¿cómo atrapar esos destellos de aire, cómo dibujarlo con metal?, la grandiosa sencillez (¿griega de exploración arqueológica?) de sus máscaras, el arlequín..., y su vida que llegada la cincuentena de años se sucede realmente su obra. Y la puta guerra que siempre acaba con todo.
Cómo a un hombre bueno le consume la sed de venganza en Furia de Fritz Lang. La verdad es que al Spencer Tracy le putean de lo lindo. Si putear es lincharle por la cara. El tío como loco por reunirse con su chica desde hace meses, que no sabía ni beber agua ya... y mira cómo le trincan... Sed de justicia y sed de venganza y todos los ríos secos. Recuerdo la fotografía de un camión en Nueva York el día de los atentados contra las Twins (esto queda muy chic) en la que aparecía escrito en letras blancas y mayúsculas: Revenge. La imagen parecía salir directamente de un cómic.
Mis paseos de aquí para allá son producto de cierta ansiedad e intentar calmarla viendo arte es la mejor manera que tengo por ahora. Ya sé que no es propicio para rebajarla pero esto es así.
Lo cierto es que pasar de Bach por Glenn Gould a Syd Barrett es durillo.
Aquí huele a pollo pasado.
Enfrente del Museo de la radio se come bien. Hacen unos frijoles con arroz que están de muerte. Además se escucha a Raphael. Y copla. Winned and Dined de Barrett es preciosa.

(Fotografía de http://www.plus.es/guiatv/fichaemision
y http://www.revistadearte.com/2009/03/10/julio-gonzalez-en-el-museo-reina-sofia/)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta el cielo. Nunca es igual. Me gusta el cielo porque descubro en él una gama de colores que no existen sino en el cielo, y porque más alla de los colores, intuyo algo enorme que escapa a mi comprensión de viandante.
A veces, me preguntan, que miro."Qué miras, eh eh, qué miras, el cielo, ah, el cielo, bueno, y para qué eh eh?
Antes de contestar, miro a quien sea de arriba a bajo, para asegurarme. Luego, contesto:
"Vete al carajo"

alf ölson dijo...

"tú crees que estoy en una nube/ y que parezco una avestruz/ tu quieres que baje ya de aquí/ no hay escaleras ni ascensor"
"...y esperas que yo baje/y yo no espero nada/las nubes nunca paran/y es que las nubes nunca paran".
Avestruz, del grupo Esclarecidos.